martes, 9 de octubre de 2012

Preludio, Horizontes.



Seguimos subiendo música, esta vez la introducción de uno de nuestros cortometrajes, Horizontes; la historia de una pareja con una tragedia personal en la que un dolor común a ambos termina enfrentándolos por tratar de atravesarlo de maneras opuestas. Los temas musicales atraviesan estos distintos momentos, acompañando con sus cuerdas este cruce de enfoques sobre una misma relación.






Preludio - Horizontes by raulrosciano

miércoles, 3 de octubre de 2012

El rock del subdesarrollo



Bueno, acabo de ver "El Último Elvis", ópera prima de Armando Bo y candidata a ser enviada a los Oscar, habiendo perdido por pocos votos.

Para empezar, la película resultó menos deprimente de lo que me esperaba. Habiendo visto el trailer imaginé un relato de decadencia personal, cosa que es en parte, pero sin ensañarse con ello. Más bien la historia varía entre esto último y la reconciliación de un hombre con su aspecto paternal, a pesar de no terminar de asumirlo: Lo constante de la película es la persistencia del hombre en creer su propia fantasía sin necesariamente perder la cordura. El personaje interpretado por John McInerny no es del todo empático, por el contrario, la mayor parte de las escenas resulta opaco e impredecible, errático. No podemos entender sus acciones del todo y tampoco importa mucho, el relato busca mostrar su humanidad a partir de su pasión por la música y los intentos que tiene por acercarse a su hija.

Algo que me gustó mucho fue la decisión de mostrar esa globalización venida a menos que rodea el personaje: Su auto viejo, las autopistas, los aeropuertos, la decadente pista de patinaje sobre hielo a la que lleva a su hija, el sandwich de mantequilla de maní que a nadie le gusta. Como una forma de demostrar hasta donde llega la influencia norteamericana, como una forma de demostrar la angustia de no ser de Carlos Gutiérrez, quien desprecia hasta su propio nombre y prefiere vivir la fantasía.

La película es apreciable, probablemente alguien que disfruta y conoce la música de Elvis Presley la aprecie aún más. El desenlace de todas formas resulta un tanto arbitrario, como si no hubiese habido otra idea con la que cerrar la película.

La próxima veo de ver Infancia Clandestina, en otra de las críticas atrasadas de Manifiesto Cine.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Underwall Nº4


(Nota publicada en el numero cuatro de la revista online Underwall)

Pertenecer tiene sus privilegios. Por cada película de Hitchcock que fue a la gran pantalla, miles de películas de crímenes, policiales o de suspenso se perdían en pequeñas salas. Por cada película con una maquinara de marketing atrás que se proyecta en cine, miles de films se quedan a mitad de camino antes de siquiera comenzar a filmar. Por cada género al que Tarantino homenajea, cientos de miles de homenajeados tuvieron que ser recluidos en la oscuridad.

Necesitamos algún tipo de permiso para hacer las cosas, aunque nos gustaría pensar que no, que somos libres. Por suerte el under es ese permiso, es la selección húmeda de un videoclub que ya no existe, es la página de internet que mezcla películas porno, cine arte y cine “de Hollywood”. Es el auto cine que le dio lugar a miles de producciones con más espíritu que todo el gran marketing del universo conocido.

Manifiesto Producciones nació hace un par de años, más o menos por el 2010. No abundo mucho en quienes somos, les ahorro el castigo y le recomiendo a los que tengan ganas que busquen nuestro blog en la web. Tuvimos un “manifiesto” en un primer momento, pero ahora solamente nos queda el nombre. Ya estaba el logo armado y era mas fácil seguir así. Pero si sirve de algo, me parece que mas que nada nos guía la idea de hacer las cosas de la formas mas artesanal y creativa posible, ese seria nuestro manifiesto. No es que los efectos o los agregados por computadora no nos gusten, o no los usemos, pero por lo general cuando se abusa de ellos la sensación que dejan es algo “fría”. No quiero decir que ese tipo de cosas no me gusta, pero prefiero un estilo más cercano al de las películas que integraban animación tradicional y marionetas. Por lo demás, no hacemos cosas de un solo género en particular, todos tenemos un género que nos gusta más que otro. Justo me toca a mí, Gustavo Ristre, mucho gusto, escribir esta pequeña auto nota de auto bombo, así que puedo decir que lo que más me gusta es el terror y la ciencia ficción; me tomo la libertad de hablar por todos los del grupo cuando digo que una de nuestras reglas principales es tratar de jugar para que todo lo que filmamos deje esa sensación de sorpresa que nos hace volver siempre al cine.

Comenzamos a trabajar en nuestro ultimo cortometraje Todo sucedió con las Plantas Vampiro a principios de Mayo. Cuenta la historia de tres científicas que, después de un accidente de laboratorio, tienen que luchar contra un terrible monstruo: una verdadera planta vampiro. Con suerte podamos estar estrenándolo en internet a fin de año, y con más suerte en alguna pequeña sala cinematográfica antes de eso.

Mariana Paredes, de Ugly Zombie FK, se encargo de realizar el vestuario, construir el monstruo y realizar los efectos especiales con maquillaje. En un corto con un monstruo vampiro no podían faltar las mordidas.

Raul Rosciano realizo la música, y la música es siempre la mitad de una película.

También estamos terminando otro cortometraje, “Horizontes”, de Facundo Avoscan. Y estamos produciendo dos proyectos mas, uno de ellos también de ciencia ficción; estos dos últimos proyectos van a ser animados. Casi siempre hacemos “producciones colectivas” para conseguir el dinero con el que filmar, vendemos libros y armamos alguna que otra fiesta… No se si ya lo dije, pero… ¡pueden buscarnos en la web!

Para ver mas numeros de la revista sigan este link.

jueves, 12 de julio de 2012

Viejas formas, nuevas formas

Con todos sus cambios, el Siglo XX nos tuvo más o menos acostumbrados a dos formas de consumo de cine y música que parecían inmortales: El largometraje y el long-play. Ambos con una duración determinada y susceptibles de ser reproducidos cuantas veces lo permita el material en el que estaban plasmados, la introducción del VHS o el CD no cambió profundamente la estructura de aquellas: Un promedio de 90 minutos para el largometraje y unos 45 para el long-play.

Ahora, el nuevo siglo plantea un desafío en términos de rentabilidad y consumo. Por su parte, la música es muchas veces escuchada en tracks sueltos, a modo de compilado, sin ser parte de una obra unificada en un mismo concepto y forma. Por el otro lado, la rentabilidad ya no está en el álbum, si no en la gira en vivo, por lo que se puede producir una inhibición de la producción de música, o ésta puede ser solo una excusa para salir a revivir viejas canciones y cobrar dinero por ello. Estamos hablando de la producción con mayor facilidad de ser comercializada y ya no de las producciones independientes, conste.

Otro tanto es el de la producción audiovisual, afectada por la "siempre heroica piratería" tanto como la música, solo que sin una forma de conseguir dinero por fuera de su reproducción. En este sentido, cada vez hay menos disponibilidad por parte del espectador para pagar por ver cualquier película (y juzgando por el precio de las entradas hoy en día, con cierta razón) y la selección está mucho más filtrada que en otros tiempos, dejando criterios prioritarios como los efectos especiales y la belleza visual, mientras otras películas quedan en la lista de "ya la bajo por internet" o "si la veo por Parque Rivadavia la compro".

Es claro que pese a la piratería los grandes tanques van a sobrevivir por la simple fascinación del espectáculo, ¿Pero qué queda para los pelagatos como nosotros? Bueno, sin entrar en planteamientos de políticas de estado (que las podríamos hacer, pero queda para otro artículo), además de ver otros circuitos de financiamiento como festivales y crowdfundings, hay que también ir ajustándose a las necesidades y comportamientos de los espectadores. Pero el siglo recién empieza...

martes, 12 de junio de 2012

Un tema, dos estilos

Dos versiones del mismo tema musical, una instrumental y la otra electrónica. ¿Cual te gusta mas?


El despertar versión para el cortometraje:



Fue concebida como una micro pieza para piano, donde el motivo principal esta alrededor del juego entre dos notas que poco a poco van mutando mediante la repetición y un mínimo movimiento armónico, sosteniendo el pesar de una Alejandra Pizarnik. Esta micro pieza es la inauguradora de toda una serie de micro piezas concebidas como lo que podríamos llama una suite moderna.

El despertar versión electrónica:



En la búsqueda de un lenguaje diferente y separándose un tanto del cortometraje para lo cual fue concebida, esta re istrumentacion cuenta con un nuevo sonido pero manteniendo el mismo lenguaje. En este caso el color del sintetizador colma todos los recodos sonoros, realzando y acompañando al motivo de dos notas repetidas como así sosteniendo las pequeñas mutaciones armónicas. También cuenta con una introducción que es recordada hacia el final de la pieza de forma retrograda hasta esfumarse en el infinito movimiento sonoro de las dos notas que se repiten sin cesar.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Boss, entre el mal necesario y el conveniente



"Un mal necesario lleva a otro hasta que un día no puedes distinguir entre uno necesario y otro que es simplemente conveniente."


Más que ver la punta del iceberg, ver Boss es como cavar un pozo, se pasa de la superficie hasta una trama que oscurece con cada capítulo. La serie inicia con una premisa: Tom Kane, alcalde de Chicago, padece una enfermedad neurológica entre el parkinson y el alzheimer que tarde o temprano terminará matándolo cerebralmente, no sin antes llevarlo por la locura y la agresividad. En ese sentido, el protagonista de Boss entra dentro de la lista de protagonistas desagradables, o anti-empáticos que han aparecido con mayor frecuencia en la televisión norteamericana desde Dr. House, pasando por Lie to Me, Eric Northman de True Blood, o el protagonista de Breaking Bad en sus últimas apariciones. De hecho, es tan limitado el alcance de la información inicial que tiene el espectador, que incluso los vínculos entre algunos personajes son ocultos hasta el cuarto capítulo; estos se mueven en direcciones cuya finalidad solo podemos suponer hasta que se concreta un objetivo determinado o no.

En cuanto a lo temático, Boss retrata a la plutocracia en la que se ha convertido la democracia norteamericana, una mezcla entre política y negocios más que alevosa (recordemos lo blanqueado que está el asunto del lobby y la financiación de las campañas políticas por parte de empresas en EEUU, a diferencia de por ejemplo Argentina, donde suceda o no, no deja de estar mal visto); sumándole además el historial criminal que caracteriza a la ciudad de Chicago a través de sus tiempos. Si bien no hay muchas referencias en el plano ideológico, Boss retrata a la perfección el tema de la destreza política interna, donde cada sutil palabra, gesto y omisión significan una intencionalidad, ya sea cambiar la agenda mediática como neutralizar tal o cual adversario; algo muy valioso a la hora de hacer un drama político que, por ejemplo, películas como "The Iron Lady" o "The King's Speech" carecieron muy torpemente más una búsqueda algo humano y sentimental. La oscuridad de Boss reside en la naturaleza del mal: Ya no es el mal racional, medido, aquel capaz de ceder y negociar a cambio de mantener un equilibrio, es el mal egoísta, impredecible y por ende infinito que caracteriza durante los ocho capítulos de la primera temporada a Tom Kane a partir de su enfermedad.

En cuanto a la dirección (¿O debería decirse direcciones tratándose de una serie?), Boss mantiene una continuidad de la cámara en mano en movimiento, una "desprolijidad" medida en cuanto al foco y los planos en función de la elocuencia del plano y su montaje interno, y un ritmo que logra sostener la tensión durante las escenas.

Personalmente, es una de esas series de las cuales uno no quiere parar de hablar y recomendarla a sus conocidos, además de sorprenderse al ver a Kelsey Grammer pasar de su interpretación de Fraser durante 20 años en dos series distintas, a una producción totalmente diferente.